QUINTO DÍA
(martes)
Roguemos por los
herejes y cismáticos que desgarran el Cuerpo Místico de
Cristo, para que
vuelvan pronto a l a unidad de la Santa Iglesia.
¡Oh, Misericordiosísimo Jesús! Que eres la misma bondad y no
rehúsas la LUZ Divina
A los que la busquen
humildemente, recibe en Tu Misericordiosísimo
Corazón a las almas
de los herejes y cismáticos, Atráelos con la Luz de Tu gracia a la unidad
De Tu Iglesia, para
que con nosotros alaben la liberalidad de Tu Misericordia por toda
La eternidad.
Concede que aquellos
que han desgarrado la Unión de Tu Santa Iglesia,
Obtengan de Tu
Santísimo Corazón un torrente Misericordioso de gracias.
Abrazándolos con Tu
infinito Amor, pues solamente Tu Misericordia,
¡oh, Señor! Puede salvar a esas almas de su
gran error.
¡Padre Eterno! Te
suplicamos mires con Misericordia a las almas de los herejes
Y cismáticos que han
abusados de las gracias que les has prodigado y que, con obstinación,
Persisten en sus
errores. No mires su malicia, sino considera el Amor y la Pasión Armada de
Tu Hijo que, en la
Oración Sacerdotal, te imploraba ardientemente:
“Para que todos sean una sola cosa” (Juan
17.21)
Y concédeles que
vuelvan a esa unidad los mas pronto posible, para que nos
Nosotros alaben TU
MISERICORDIA por toda la eternidad.
Amén
Un
Padrenuestro, Avemaría…y Gloria